La Mente de los Jóvenes

La Mente de los Jóvenes

Nubia Morales


No hay un día igual a otro cuando se tiene un joven en casa, debido a que éstos cambian rotundamente, pues para ellos tampoco ningún día se parece a otro. Hay días “buenos”, hay días “regulares”; los hay eufóricos y también molestos. Entre momentos tensos llegan muchos otros maravillosos.

En realidad, suena a cualquier día de un adulto: porque tienen que trabajar para satisfacer sus necesidades, abrumado cuando se tienen pocas horas para cumplir con decenas de responsabilidades, optimista ante la simple idea de tener una fuente de ingreso, divertido si están con amigos que lo hacen sentir bien.

Pero han querido obligar a ver la juventud como un padecimiento particular, y siempre será más fácil burlarse de lo que aquí se conoce como la “edad del burro”, básicamente esta palabra la utilizan frecuentemente, que aceptar lo que la ciencia ha ido desentrañando poco a poco a lo largo de los años. Las reacciones de los jóvenes tienen estímulos complejos y profundos, tanto fisiológicos como en su entorno social.

Como explica la científica Sarah-Jayne Blakemore en su libro recientemente traducido al español, “La invención de uno mismo, el proceso de cambios simultáneos que viven los jóvenes se debe a que están definiendo su identidad, en todo sentido”. Esto implica que los jóvenes no son solo seres de humor cambiante, sino altamente con una gran inteligencia adaptándose y moldeándose a su realidad. 

El sistema de recompensas de un cerebro de un joven ante situaciones de riesgo se activa más que en los adultos. Aquello explica el gusto de los jóvenes por tomar riesgos o vivir experiencias nuevas. A esto se unen la hipersensibilidad y el ensimismamiento propios de la susceptibilidad del cerebro al estrés ambiental.

La alta sensibilidad ante la exclusión social y la aguda auto conciencia de estos años mueven a los jóvenes a preocuparse mucho por la aprobación de sus pares. Por eso parecen tan dependientes de los amigos, a quienes prefieren agradar más que a sus propios padres, actuando de una manera diferente aun cuando sepan que las posibles consecuencias son negativas.
No se sabe por qué, pero tres cuartas partes de las enfermedades mentales, como depresión, ansiedad, desórdenes alimentarios y esquizofrenia, surgen antes de los 24, y todo esto es porque muchas veces los padres no les prestan la debida atención a sus hijos,  o los obligan a cumplir ciertas expectativas incomodas para ellos.  

Comentarios

Entradas más populares de este blog

《Matrimonio infantil como un problema social》

Juramento a la bandera UEB

Proyecto “TINI”

Gran deportista de la UEB